Siempre se había dicho que Juan Mata, además de buen futbolista, se había distinguido por su olfato en las decisiones. No quiso firmar una ampliacion de contrato con el Castilla y optó por le Valencia cuando todavía no había roto como jugador. En Mestalla creció a la velocidad de la espuma y se hizo con un sitio en la selección española. Se puso de moda y la Premier League llamó a su puerta con un cheque millonario.
El Chelsea fue su nueva casa. Y no le fue mal, hasta el punto de ser nombrado el mejor jugador del equipo la pasada temporada. Sin embargo, la llegada de José Mourinho cambió su vida deportiva. Pasó de titular indiscutible a ocupar un sitio permanente en la grada. Había cambiado su signo. Pudo salir en el mercado de invierno porque tuvo una oferta nada menos que el Manchester United. Pero en los red devils ya no estaba Sir Alex Ferguson y la temporada se fue torciendo de manera irremediable.
Este fin de semana se consumó otra de las noticias. El Manchester United no disputará la próxima edición de la Liga de Campeones después de hacerlo de manera ininterrumpida desde que adoptase este nombre y formato en la campaña 1996-97. Lo lógico es que Juan Mata tampoco dispute la Europa League porque su Manchester está muy lejos de la Europa League.
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