A este paso, a Manuel Llorente le va a dar algo. Con goles como el del miércoles, Juan Mata va a continuar creciendo y no sólo en la selección española sino en el Valencia. Al zurdo le viene de perillas todo este tipo de alicientes justo en el año en el que el tema de su mejora contractual se ha convertido en una asignatura pendiente para el club. De momento el futbolista tiene muy claro cuál va a ser su estrategia: el marrón, por así decirlo, se lo deja a Llorente. El presidente sabe que Mata está en el grupo de los que más está rindiendo mientras que sus emolumentos están precisamente en el grupo de cola de la plantilla.
Ayer, Mata todavía disfrutaba de la resaca internacional. En Paterna acumuló felicitaciones de compañeros, de los técnicos, de aficionados y hasta del padre de Villa que por allí se dejó caer (Mata admitió, sin darle demasiada importancia, que no le había llamado el presidente). Él sigue demostrando tener muy claras las ideas, pese a que su causa tiene cada día que pasa más fieles. «Todo han sido felicitaciones, tanto de mis compañeros del Valencia que estaban en la selección como otros por teléfono. Todo el mundo se ha alegrado», afirma sin poder quitarse la sonrisa de sus labios.
Su mejora de ficha se va a convertir casi en una constante pese a que por el momento el club prefiere no entrar al trapo. Él también tiene asumido que debe aguantar la presión periodística para no dar ningún paso en falso. «Yo trabajo para mejorar y para ayudar a mi equipo y en este caso a la selección. Sólo pienso en eso. En pretemporada ya dije que ese era mi único objetivo. Es en lo único que quiero pensar, me mantengo al margen del club. Lo he hablado con mi representante -su padre- y confío en la palabra del club», explica al respecto. Precisamente, esta misma semana, Fernando Gómez, consejero y director deportivo, argumentaba en LAS PROVINCIAS Punto Radio (92.0 FM) que lo que debía hacer Mata, con su juventud, era disfrutar del momento y volcarse de lleno en su profesión escapando de asuntos que puedan distraerle.
Los goleadores
Con el tanto frente a Estonia, Mata -en su cuarto compromiso como internacional absoluto- se convirtió en el octavo jugador de la actual plantilla del Valencia que consigue marcar en un partido con la selección española. Antes lo hicieron Villa (33), Silva (5), Marchena (2), Vicente (3), Joaquín, Del Horno (2) y Baraja (7). Lo que está resultando más que evidente es que la aportación valencianista le viene de cine a Del Bosque. Los números no engañan. Cinco de los últimos ocho tantos del combinado nacional y que le han servido para ratificar su pase al Mundial de 2010 llevan el sello valencianista. Y aunque no marcó, a Marchena el encuentro del miércoles le metió en el grupo de 20 futbolistas que más partidos ha disputado con la selección. El sevillano suma 54 citas (Villa lleva tres menos, los mismos que Albelda). Lejos queda aquel 21 de agosto de 2002 en el que debutó en un amistoso contra Hungría. Desde entonces su progresión ha sido imparable y de hecho ha igualado en cuanto a estadísticas a defensas como Abelardo y Alkorta, aunque mantiene un a distancia más que prudencial con los 126 partidos de Zubizarreta, los 102 de Raúl y los 98 de Iker Casillas.
El 16, el 13 y el 10
Pero eso, en cualquier caso, no debe impedir cegar la realidad del Valencia que pasa por hacer algo positivo en Valladolid este domingo. Y a eso se aferra el futbolista, al que no le inquieta el baile de dorsales que lleva en las últimas fechas. Dejó el 16 como valencianista para recoger el 10 de Angulo, pasando por el 13 que lució este miércoles ante Estonia. Todo tiene su explicación y no hay que dar más vueltas de las necesarias a gafes o números malditos. «Más que nada fue porque en las convocatorias -de España- entran 18 jugadores y yo era el que menos partidos llevaba. Me tocó el último número. Ahora con el Valencia será el primer partido que juego con el nuevo número y estoy ilusionado con que me salgan las cosas tan bien como antes. Después de lo de la selección lo que hay que hacer es descansar y preparar ya el próximo partido de Liga en el que tenemos que ir a ganar», comenta. De momento, esa camiseta con el número 13 se la queda para su colección particular.
De lo que tampoco cabe ninguna duda es que en el seno del vestuario ha calado el mensaje que en su día lanzó Llorente. El Valencia no puede caer en la prudencia. Debe ser ambicioso deportivamente. Y ahí, lógicamente, se plantea la meta de coger plaza para la Champions. Mata lo dice sin decirlo, incluyendo en el mismo saco la Europa League y la Copa del Rey. «La temporada es muy larga pero estamos concienciados de hacer las cosas bien. Sabemos que tenemos una plantilla amplia y que puede afrontar las tres competiciones. Hay que mirar a corto plazo, partido a partido, es lógico que al final estemos en los puestos de arriba».
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