Rossell es un pequeño lugar en la frontera con Catalunya, la puerta del auténtico paraíso natural que es la Tinença de Benifassà. Allí, en dura pero noble y cordial competencia con el FC Barcelona, buena parte de los mil y pico habitantes del pueblo formaron hace más de una década la Peña Valencianista de Rossell. Anoche, los cerca de cien peñistas y todo el pueblo en general vivieron una noche mágica. Allí estuvo y levantó pasiones Juan Mata, cómo no, también Pablo Hernández, pero sobre todo y por encima de todo en Rossell estuvo el Valencia CF. Y esta celebración del décimo aniversario de su Peña Valencianista fue un acontecimiento que grandes y pequeños recordarán durante mucho tiempo.
La población de Rossell dedicó un recibimiento excepcional al Valencia, en un acto que comenzó en el Centre Civic Molí Vell, al que asistió en representación del Consistorio su alcalde Evaristo Martí. Los miembros de la peña, que celebraba de manera oficial su décimo aniversario, estuvieron acompañados por representantes de diferentes entidades, entre las que estaban las peñas de Tortosa y Vinaròs. También los amigos de la peña del FC Barcelona y simpatizantes del Real Madrid de la localidad, que como todos también se hicieron fotos y pidieron autógrafos a Mata y Pablo. Los menos jóvenes tuvieron oportunidad de recordar tiempos pasados, mejores o peores, con una figura de siempre: Ricardo Arias. La noche concluyó con una cena y entrega de insignias y recuerdos, en la que el Valencia CF estuvo representado por su director de relaciones externas, Jordi Bruixola, y el consejero Vicente Gil.
En la Peña de Rossell disponen de cuatro abonos en Mestalla. Cada quince días, sea a la hora que sea, cuatro miembros se desplazan a Valencia —175 kilómetros y otros tantos de regreso— para ver el partido que les ha tocado en suerte. Mucha afición y mucho esfuerzo que anoche se vio recompensado. Amunt, Rossell!
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