De vacaciones en su tierra, el jugador -nacido circunstancialmente en Burgos porque su padre jugaba en el equipo de fútbol de esa ciudad pero que se ha criado en Oviedo- recogió ayer el «Asturiano del mes» de junio de LA NUEVA ESPAÑA por un éxito histórico: formar parte de la selección española que a la postre se proclamó campeona del mundo en Sudáfrica.
Por calidad, entrega, sacrificio, discreción y buen carácter, Mata es un modelo. Debutó en el Mundial en el segundo partido ante Honduras, en el que España venció por 2-0. Después de haber pasado por todas las categorías inferiores del equipo nacional, el asturiano se incorporó a la absoluta en un amistoso ante Chile en noviembre de 2008, ya de la mano de Vicente del Bosque.
Salido de la cantera del Oviedo, acunado luego en el Madrid, en el Valencia, a pesar de su juventud, ya se ha convertido en un fijo. Ese fue un aval más que suficiente para convencer al seleccionador. «En la última parte de la Liga con el Valencia, el entrenador, para darme descanso, me dejó algunos partidos en el banquillo. Por eso no estaba nada seguro de que el seleccionador me fuera a incluir en la lista para el Mundial», reconoció el asturiano. Pero fue convocado y vivió una experiencia única.
Consciente de la importancia del momento, Mata protagonizó una simpática anécdota en el partido decisivo ante Holanda. «Había en el campo diez balones con el logotipo de la final y yo quería uno de recuerdo. Cuando lo cogí para llevármelo, un recogepelotas salió detrás de mí. Me decía que tenía que dejarlo. Insistí, me hice el sueco, lo escondí debajo de la camiseta y al final lo conseguí. Lo traje firmado por todos mis compañeros», contaba con alegría el jugador valencianista. «El hombre del tobillo mágico», como le definió su compañero Reina, tiene por delante un futuro esplendoroso.
Melchor Fernández Díaz, consejero de Editorial Prensa Asturiana, hizo entrega a Mata de los atributos que LA NUEVA ESPAÑA otorga a todos los «Asturianos del mes»: una primera página elaborada especialmente para la ocasión; una estela, obra del artista José María Legazpi, y una caricatura realizada por el dibujante del periódico, Pablo García. «Si ya es una distinción estar en ese grupo de futbolistas que se ha proclamado campeón del mundo, más todavía lo es participar en el juego», destacó Melchor Fernández Díaz, para quien Mata «es representativo de la mejor juventud asturiana, con grandes cualidades personales. Un gran ejemplo para toda la sociedad».
El futbolista del Valencia acudió a la entrega junto a sus padres, Marta García y Juan Manuel Mata; sus tíos Celso Alonso Sanjulián, Ana Carmen Mata, Leonardo Mata y Luis Morilla; su abuelo Manuel García y su hermana Paula Mata. El periódico también estuvo representado por la directora, Ángeles Rivero; el gerente, Eduardo Suárez, y el subdirector Evelio G. Palacio. Mata se mostró muy «agradecido y orgulloso» por el premio, «que ya han recibido personalidades muy destacadas de todos los ámbitos».
A este asturiano no le asustan los retos. A su regreso a Valencia tendrá que llevar las riendas de uno de los grandes del fútbol español y lo asume con naturalidad. Por méritos propios se ha convertido en la referencia del club «ché», la gran estrella que le queda. Tendrá ahora nuevos compañeros como Tino Costa, Soldado, Aduriz y Feghouli, unos futbolistas que para el asturiano «son una garantía. Tenemos un equipo competitivo, creo que los fichajes son muy buenos refuerzos».
El éxito no le ha cambiado. Los días que le quedan de descanso los pasará junto a su pandilla de toda la vida, la de los jóvenes con los que compartió colegio en Oviedo. Y es que en modestia y afecto también es un campeón.
http://www.lne.es/deportes/2010/07/27/deportes-juan-mata-tirare-haga-falta-valencia/947554.html
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