El asturiano se suma a la extensa nómina de valencianistas que saborearon el éxito al marcharse de Mestalla
Mata admite que celebró «con alivio» la Champions tras fallar su penalti
Juan Mata es un tipo sencillo. Su perfil en poco se parece al de una estrella del fútbol, pero vaya si lo es. Sólo necesitó un par de partidos para acoplarse a la Premier, ha sido elegido mejor jugador de la temporada del Chelsea y desde este sábado tiene en su palmarés una Champions League. Este chico, capaz de estudiar dos carreras -Márketing y Educación Física- y que disfruta con la literatura y las matemáticas, emigró de Mestalla, donde aún se le añora, en busca de una gloria que no ha tardado en llegar.
Nacido circunstancialmente en Burgos un 28 de abril de 1988, Mata se siente asturiano y, sobre todo, partícipe del lugar donde reside en cada momento. Quizás nació ya con el ADN del eterno emigrante, un espíritu errante que aún no ha echado raíces. Pese a ello, el tiempo que estuvo en Valencia se identificó totalmente con la ciudad y con el club de Mestalla, lo que le hizo acreedor al premio Valencianos para el Siglo XXI de LAS PROVINCIAS.
Por eso negoció sin alzar la voz una renovación que no era sino la antesala de su salida. Se marchó y casi de inmediato se adaptó a la vida en Londres. Mata cuenta que se ha apoyado en Fernando Torres, pero ha destacado en diversas entrevistas la encomiable labor de capitán que realiza Terry en el Chelsea.
Comprendió casi de inmediato que ese club se movía casi exclusivamente en busca del éxito del pasado sábado. «Es ilusionante jugar este partido (en referencia a la final de Champions) porque probablemente sea el más importante de la historia de la entidad».
Por ello Mata pasó diez minutos que no deseará a nadie. Desde que falló su penalti hasta que Drogba batió a Neuer, al exvalencianista le embargaba una tristeza extrema. Todo empezó a arreglarse para los 'blues' con el error de Olic y lo encarriló el de Schweinsteiger.
«Fue una noche increíble. Significa mucho para todos, es la primera Champions del club, la primera para mí, en un partido difícil, después de una prórroga... Es una noche de sensaciones intensas», afirmó Mata. «Cuando ya ganamos fue un alivio. Entonces ya sólo podía pensar en celebrarlo con mis compañeros, todo había quedado atrás».
Pero por mucho que quiera vestirlo como el éxito del club londinense, para Mata la Champions supone haber alcanzado una gloria que buscaba al hacer las maletas el verano pasado. Como otros valencianistas que se marcharon del club de Mestalla, casi todos rumbo a las islas británicas. En el siglo XXI prácticamente se ha abierto un puente aéreo entre el Valencia y la Premier.
Mata ha sido el último. Se marchó el verano pasado y en sólo una temporada ya ha conquistado la Champions y la Copa inglesa. Más le ha costado a Silva quien, a pesar de convertirse en una de las estrellas de su equipo, no ha sido hasta este año cuando el Manchester City ha conquistado un título importante: la Premier. Ambos, el asturiano y el canario, junto al ecuatoriano Valencia, han sido elegidos como los mejores pasadores del campeonato británico.
Antes de Mata y Silva, Rafa Benítez, icono de Mestalla, se marchó del Valencia después de conquistar dos Ligas y una Copa de la UEFA. Firmó por el Liverpool, donde permaneció seis temporadas. Ganó una Champions heroica (iba perdiendo 3-0 con el Milán al descanso) y perdió otra. Pero de Mestalla también han emigrado jugadores sin abandonar la Liga española. El más reciente, David Villa.
El asturiano ganó la Champions el año después de irse del Valencia. El primero que se marchó para levantar la Orejona fue Mijatovic, al Real Madrid. Todos ellos ambiciosos, enfervorizaron al público de Mestalla y fueron añorados tras su marcha. Como Juanín Mata, un chaval culto y sencillo que ya piensa en la Eurocopa.
http://www.lasprovincias.es/v/20120521/deportes/futbol/exito-emigrante-ilustrado-20120521.html
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