El Chelsea-Nápoles merece ser contado distinto. Como un culebrón, por capítulos. La reflexión post primer tiempo: Ni Barcelona o Real Madrid son tan poderosos como el miedo. Un miedo que pareció jugar en contra de las aspiraciones de Nápoles en Londres, donde Chelsea (con Mata y sin Torres desde el inicio) no jugaba a nada hasta la aparición aislada del eterno Didier Drogba. Si no era miedo, no se explica cómo el elenco de Walter Mazzarri mermó tanto su rendimiento desde la apertura del marcador por obra del ariete africano. Los del sur de Italia padecieron sobre el final de la etapa inicial la falta de experiencia en estas instancias de Champions League para derrumbarse en Inglaterra.
Un Nápoles que empezó el partido sin complejos, siendo el que lastimaba. Aprovechando a la contra los espacios que dejaba un rival sin ideas, apático ante su gente, y con la obligación de marcar cuanto antes. Así llegaban las ocasiones para Hamsik, de remate directo a las piernas de Peter Cech; para Cavani, una inmejorable posibilidad de colocar en ventaja a su equipo, tras un centro por bajo de Maggio que el uruguayo perdió de manera increíble; para Lavezzi, que vio cómo el portero checo paraba su remate seco al primer poste.
Era todo del conjunto napolitano, hasta que un centro de Ramires encontró la cabeza de Drogba y todo cambió. El delantero marfileño no perdonó el despiste de Arónica, le ganó en el salto y cabeceó a la red para adelantar a los Blues. Entre el empuje de Stamford Bridge y el susto italiano, los ingleses crecieron y empezaron a generar situaciones. A punto tal de hacer méritos para aumentar diferencias. Nápoles ya no lastimaría más en esa primera parte y Chelsea fallaría algunas posibilidades claras, como la que a David Luiz le quitarían en la mismísima raya. Entre tanto, Dossena ingresaba por el lesionado Maggio, importante hasta ese momento en el conjunto que esta noche jugó de gris.
Un segundo tiempo de infarto. No se habían acomodado cuando Chelsea comenzó a llevarse por delante a Nápoles. Y lo tradujo en el segundo gol del partido. Fue en un cabezazo de Terry que, en un saque de esquina concedido por error entre Campagnaro y De Sanctis, ganó en las alturas al argentino para marcar el 2-0 parcial antes de los cinco minutos. Pero los chicos de Mazzarri irían por más, no estaban de regalo en octavos de final. Así pues, Inler cogió un despeje de la zaga Blue para, con una volea hermosa, darle a su equipo el pase momentáneo a los cuartos de final.
Roberto di Matteo se vio obligado a sacar a Fernando Torres para buscar el tanto que obligue a ir a la prórroga. No por el punta español, pero sí con su presencia, Chelsea lograría el objetivo. Unas manos en el área italiana fueron sancionadas por el árbitro y cambiadas por gol a través de Lampard. El centrocampista inglés no falló y estableció el 3-1 con que se moriría el segundo tiempo.
La prórroga. El Nápoles para estas alturas ya estaba curado de todo espanto. No acusó el miedo del final del primer tiempo, y de hecho fue el que propuso más. Chelsea esperaba agazapado alguna contra, como la que falló insólitamente Torres tras la horrorosa salida de De Sanctis. Sin ángulo, sí, pero era una inmejorable ocasión para volver al gol. Lo erró el ex Atlético de Madrid. Sin embargo, Chelsea convertiría en la última jugada, en la que Ramires da un pase a Drogba entre dos hombres, el marfileño gira y la pone al medio para que Ivanovic desate la locura en Londres. Fortísimo disparo del defensa para el 4-1.
En el segundo tiempo el Nápoles fue en busca del 4-2 que otorgaba boleto a cuartos, pero sin ideas, todo volcado al ataque. Los del San Paolo no se enteraban que estaban agonizando en Stamford Bridge. El sueño italiano se moría en Inglaterra ante la euforia de miles de Blues celebrando la remontada y el pase a la siguiente instancia.
http://www.goal.com/es/match/71886/chelsea-fc-vs-ssc-napoli/report
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