Ya nadie muere por amor. Los últimos que lo hicieron fueron los amantes de Teruel y de eso hace ya una vida. Muchos creen que el romanticismo se ha convertido en un esnobismo. Pero es cierto que la existencia junto a gente que quieres es más placentera. Y el Valencia es más feliz con Mata. De eso no hay duda. El único miembro que permanecía de la Santísima Trinidad de Mestalla (Villa y Silva salieron a golpe de talón) se ha convertido en el becerro de oro del valencianismo. Recibe adoración continua, como quedó visible el día de la presentación del equipo. ¿Pero qué ocurriría si el acaudalado Chelsea llega con una bolsa cargada con 30 millones de euros?
Manuel Llorente pensará que la vida sigue. Cuenta corriente más cargada y búsqueda de un nuevo ídolo. Soldado, Piatti y Canales tienen todas las papeletas. Porque justamente una baja en la vanguardia sería la menos dolorosa, ya que Braulio se ha encargado de llenar este grupo de fantasía. Y al futbolista, pese a la pasión que le deparó el valencianismo y que le ha hecho plantearse muchas cosas, los ojos le hacen chiribitas. Se ve de azul en la Premier junto a Torres -su gran valedor-, Drogba, Lampard y compañía. Cree que es un paso en su carrera pese a que en Stamford Bridge abandonaría el papel de actor principal que posee en Valencia.
Emery ya está preparado para la marcha del futbolista. Se ha ido haciendo a la idea durante todo el verano y así lo ha expresado. Lo que mitigaría su dolor sería que una salida conllevara la ansiada entrada del central. Este puesto sí quita el sueño al entrenador. Rami, Ricardo Costa y Dealbert son insuficientes para querer tocar la oreja a los transatlánticos Barça y Real Madrid. Ya queda menos para que se cierre el mercado y los Mangala, Nico Pareja y demás no llegan. Braulio debe hacer un último esfuerzo. Aunque sería genial la vida con el central y también con Mata. ¿Por qué no?
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2011-08-20/vida-mata-20110820.html
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